Los rayos del sol al entrar en la atmósfera, se "rompen" generando una gama de colores que va desde el amarillo al violeta (lo vemos muy bien en un arco iris). La gama de los colores fríos (azules) se dispersan mucho más y llegan más lejos, haciendo que veamos el cielo azul, mientras que los naranjas se dispersan menos, haciendo que veamos el sol naranja.

Al anochecer o amanecer la luz del sol, al estar en el horizonte, atraviesa más kilómetros y los tonos azules se dispersan mucho más, permaneciendo los naranjas (de ahí que veamos el horizonte anarajando por las noches).

En un día anticiclónico, como están siendo estos, quedan muchas partículas muy cerca de la superficie, aerosoles en suspensión por ejemplo, y  hace que haya muchos más choques de la luz contra esas partículas y por tanto la gama de colores azules se dispersen mucho mas de lo normal, quedando presentes los tonos naranjas y dejando estos anocheceres, o amaneceres, tan espectaculares.

Si además, hay algo de niebla o incluso nubes altas, como ocurrió en Galicia el atardecer del miércoles, el espectáculo es todavía mayor puesto que la luz rebota múltiples veces contra las partículas de agua o hielo que contienen esas nubes y se repite el proceso anterior, pero a mayor escala, no solo en el horizonte.

Cielo naranja al anochecer, mañana día de playa

Es por esto, que muchas veces oímos que si el cielo está anaranjado al anochecer es que el día siguiente será soleado. El motivo, es que este fenómeno está asociado a la presencia anticiclónica. Ya que en un anticiclón el aire se ve empujado hacia la superficie terrestre y retiene esas partículas en suspensión o esas gotas de agua contra las que choca la luz. Aunque ojo, que no siempre es cierto, primero porque anticiclón no es igual a sol y segundo porque por la noche pueden cambiar la situación.

Es por esto un fenómeno más habitual en verano, aunque estos días parecen de verano en Galicia, de no ser por las bajas temperaturas.