Vuelven los temporales y seguro que las miradas se enfocarán en los servicios meteorológicos y en los avisos que emitan. Pero aquí cabe una reflexión. Las distintas agencias meteorológicas son las encargadas de emitir unos avisos en el caso de que se vayan a superar determinados umbrales, pero son las agencias de emergencias o de Protección Civil las que, a la vista de esos datos, emiten las correspondientes alertas meteorológicas. Y es aquí donde reside el problema. Los avisos y las alertas son idénticas. 

Los avisos y las alertas meteorológicas son idénticas, pero no deberían serlo

Seguro que alguno en este momento se pregunta, ¿y cómo no van a serlo?, ¿cómo van a desautorizar las agencias de emergencias a las agencias meteorológicas?. Seguro que con algún ejemplo me entenderéis. Un aviso meteorológico de nivel amarillo por lluvias, se emite cuando se prevé que la lluvia acumule en 12 horas entre 40 y 80 l/m2. ¿Creeis que es lo mismo que esta lluvia caiga en 4 horas que en 12? ¿Creeis que es lo mismo que esta lluvia caiga con marea alta o con marea baja? Parece claro que no y sin embargo, para dar la alerta por lluvia, no se tienen en cuenta estas cosas. Pero voy más allá, supongamos que anteayer tuvimos un aviso amarillo por lluvia y se cumplió, que ayer tuvimos otro y que también se cumplió. Si hoy volvemos a tener un aviso amarillo por lluvia, creeis que la alerta debería ser amarilla? Parece claro que no, verdad?. El caudal de los ríos es un factor que hay que tener en cuenta, y tras dos días lloviendo fuerte, las probabilidades de que se desborde serán mucho más altas y por tanto, la alerta por lluvia del tercer día tendría que ser más elevada o incluso lluvias de 10-20 l/m2 podrían llegar a significar una alerta.

Además, tenemos un segundo problema. Los umbrales de aviso meteorológico. Estos no están bien adaptados a algunas regiones. Un aviso naranja por mar de fondo en Galicia se emite cuando las olas superan los 4 metros. En Galicia esto ocurre más de 40 veces al año y con esos 4 metros son muchos los barcos que pueden salir a faenar sin asumir muchos riesgos.

Debido a esto, nos encontramos con el problema de la dimensión mediática que alcanzan las alertas meteorológicas. Así, mientras que una lluvia de 70 l/m2, al ser una alerta amarilla apenas tiene repercusión (y si cae en 4-5 horas las consecuencias serán más que visibles), una alerta naranja por olas de 4 metros llega a ser portada de periódicos y solo un 1% de la población se ve afectada por ella, provocando, en la gente que se quede solo con el titular, un aumento de la desconfianza hacia los servicios meteorológicos.

Las agencias meteorológicas tienen margen de mejora, pero no es el único problema

Es por todo esto, que para tratar de recuperar la confianza de los ciudadanos en los servicios meteorológicos, que por suerte se equivocan menos de lo que el sentir popular cree, se hace imprescindible adaptar los umbrales de aviso y sobre todo las agencias de emergencias y los medios de comunicación deben tener una mayor especialización.