Nuestro cuerpo, ante el calor, trata de refrigerarse produciendo sudor; en realidad el proceso de enfriamiento se hace efectivo cuando el sudor se evapora y justamente para evaporarse, el sudor necesita energía que coge del cuerpo, enfriándolo.

El problema es que por la noche este mecanismo es menos efectivo y eso supone un problema cuando las temperaturas nocturnas son muy elevadas.¿Por qué?

• Por la noche normalmente baja la temperatura ambiente pero la humedad relativa aumenta por lo que se incrementa la sensación de calor que nota tu cuerpo.
• Las paredes y muros de las casas van soltando el calor acumulado durante el día aumentando la sensación de bochorno. Además, si vivimos en el último piso de un edificio alto d euna ciudad poblada, lo notaremos mucho más.
• Y finalmente tenemos que tener en cuenta que la mitad de nuestro cuerpo que se apoya en el colchón por la noche no consigue refrigerarse (el sudor allí no consigue evaporarse); tan sólo conseguimos exponer la mitad de nuestro cuerpo para que intercambie calor con el exterior y claro, la refrigeración corporal se resiente. Es por ello que en zonas cálidas emplean hamacas ya que permiten que también la zona posterior del cuerpo se enfríe.