El "dia de la marmota" todos los ojos están puestos en el animal y en sus movimientos al dejar la madriguera: el invierno presuntamente terminará pronto si la marmota decide abandonar su hogar tras no ver su sombra por la falta de sol; por el contrario, se cree que el invierno se prolongará 6 semanas más si el animal vuelve a su hogar tras descubrir su sombra bajo el sol.

El problema (más allá de tomarse en serio algo tan folclórico) es que este año las marmotas ni están ni se las espera. Los dos escenarios más probables son:

1.- Que el animal no salga ni a tiros de su madriguera porque, como ahora os explicaré, su movilidad está más que reducida.

2.- O que directamente la marmota no esté en su madriguera y si de juega por los alrededores.

¿Por qué? Todos sabréis por cultura general (y si no por ver a Bob Esponja y a su amiga Arenita) que las marmotas o las ardillas comen a lo loco antes del invierno para después acostaste para hibernar. Necesitan reservas para afrontar ese largo periodo de sueño y es por ello que se convierten en bolas gigantes de pelo. 

 

 

El problema es que, conforme fue pasando el tiempo, las temperaturas no bajaron tanto como era de esperar (las máximas se han quedado ampliamente por encima de las medias en Europa y Norte América) y, por tanto, nuestros animales no sintieron la llamada a la hibernación; continuaron asegurándose unas reservas que en este caso no serán tan necesarias. Las que hibernen (algunas quizás ni lo hagan) dormirán menos tiempo y llegarán más gorditas. Las consecuencias aun son imprevisibles. ¿Tendrán que lidiar con  enfermedades similares a las de nuestro primer mundo como problemas vasculares, obesidad, etc...? ¿Afectará este exceso de peso a la nueva generación de roedores? ¿Dejará de celebrarse el día de la marmota si no frenamos el cambio climático?